Hacer un día tras otro actividades muy parecidas, rutinarias, sin siquiera cambiar el itinerario del viaje a casa; cosa que es posible de modificar, porque un día podemos tomar la decisión y no viajar en auto o en colectivo y hacerlo caminando durante varias cuadras, o volver a usar la bicicleta, quizás echarle algún litro de combustible a la moto y salir en motocicleta.
Es que hay distintas maneras de romper con la rutina con pequeñas actitudes que podemos desarrollar en cada uno de nuestros días, solo es cuestión de hacer algo diferente.
Algo por lo cual valga la pena aceptar el desafío, que nos aleje del conformismo y nos aparte de la comodidad de repetir cada nuevo día como si fuéramos una máquina, los mismos y cansadores recorridos.
Néstor Salgado
Consejero, escritor
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